Un bello día de primavera

boy-175748_640Era un bello día de primavera y yo me senté en uno de los bancos del parque pensando sobre todo y a la vez nada.

¿Debería trabajar en mi solicitud a la universidad esta noche? ¿Porque amo los emparedados con jamón tanto? ¿Había mi amigo Carlos arreglado su motocicleta?

A través del parque vi a dos mujeres entrar por el portón, me di cuenta que una de ellas era muy linda. Mis ojos pueden reconocer una mujer linda en una gran distancia. Es como un radar. Seguro entiendes a lo que me refiero.

¿Había dejado mitad de un emparedado debajo de mi cama la noche anterior? me pregunte.

Cuando las mujeres se acercaban, vi que tal vez eran madre e hija. La chica hablaba entusiasmada mientras la madre solo sonreía y asentía con su cabeza.

Mi teléfono vibró — un mensaje de Carlos.

“Motocicleta arreglada”, decía su mensaje.

Yo le respondí: “¡Grandioso! Estoy en el parque.”

Carlos y yo hemos sido amigos desde muy jóvenes.
Nuestras vidas van en diferentes caminos, pero nuestra amistad seguía fuerte.

Mientras escribimos un poco mas, una paloma llego cerca del banco y me miro.

“No tengo migajas,” Le dije, abriendo mis manos para mostrarle que no tenia nada.

Aparentemente no estaba satisfecha, porque se quedo donde estaba, picoteando sin cesar a la tierra sin dejar de mirarme.

“¡Nada!” le dije al determinado pájaro. “¡Te prometo!”

Entonces me di cuenta que las mujeres me miraban mientras se acercaban por el camino de arena que envolvía al parque. Me sentí como un tonto.

Mis ojos encontraron los de la chica y ella se rio. Mi boca se abrió: ella es tan hermosa. Pelo negro liso con un lazo amarillo, atractivos ojos marrón, blusa blanda de almidón, falda azul oscuro.

De seguro me veía como tonto, pero cuando te deslumbra gran belleza, a veces te vuelves una estatua. Era un tonto sentado en un banco con la boca abierta, su madre agarro su brazo y acelero el paso. Rápidamente se estaban alejando.

Todos los pensamientos de emparedados de jamón — de todas las cosas — se fueron de mi mente mientras miraba la linda parte posterior de la hermosa chica. Cuando se alejaron un poco mas, ella volteo y me sonrió, luego se dio vuelta rápido.

Tenia que hacer algo. Pero no podía correr hacia ellas — de seguro la madre le agarraba la mano a su hija y escapaban, llamando a la policía.

Me senté en el banco, frustrado, eventualmente estaban en el portón del parque otra vez. Tan pronto desaparecieron de mi vista, detrás de una pared de piedra, fuera del parque, corrí duro, tan rápido como pude, al portón.

Luego de salir del parque, mire en todas las direcciones, Nunca la ciudad había parecido tan grande. Pero de repente las vi — habían cruzado el congestionado bulevar e iban en camino, montándose en un pequeño auto amarillo.

Mi corazón se hundió. De ninguna manera podría alcanzarlas. La luz de trafico estaba en contra de mi y una multitud de gente se juntaba en la intersección, esperando a cruzar. Mire al cielo, pedí ayuda de Dios. Lejos el pequeño auto amarillo empezó a salir de su puesto de estacionamiento.

Estaba destrozado.

De pronto escuche el sonido mas familiar — similar a tantos otros sonidos en esta inmensa, ruidosa ciudad, pero igual un sonido propio. Una motocicleta. Cierta motocicleta.

“¡Carlos!” Le dije mientras mi querido amigo paraba a mi lado, sonriendo su gran, dentuda sonrisa. Salte atrás de su motocicleta y le señale el bulevar, diciéndole, “¡Sigue ese auto!”

**Vuelve pronto para un nuevo episodio de Daniel enamorado**

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